La oxigenoterapia es una de las claves del manejo de las enfermedades respiratorias, siendo su objetivo básico mejorar el intercambio gaseoso manteniendo un nivel de oxígeno que cumpla con las necesidades del organismo. En números, esto significa una presión arterial de oxigeno ≥ 60 mmHg y una presión de saturación de oxigeno ≥ 90 mmHg.

Las células madre deben su nombre a que tienen el potencial de transformarse “diferenciarse” en tipos distintos de células y de este modo reemplazar a otras que mueren o reparar tejido dañado.

Al día de hoy el tratamiento con células madre más reconocido es el trasplante de células madre de la médula ósea, de sangre periférica o de sangre de cordón umbilical productoras de células de la sangre: glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas (células madre hematopoyéticas). Este trasplante está indicado para tratar enfermedades de la sangre como leucemia, linfoma y mieloma múltiple, recuperar las células de la sangre dañadas por la quimioterapia o la radioterapia.