El examen histológico consiste en la observación de la estructura, desarrollo y funciones  de tejidos y células vivas normales y sanos.

El examen histopatológico analiza muestras procedentes de individuos enfermos y tiene el objetivo específico de identificar alteraciones estructurales y anormalidades proteicas o genéticas para corroborar el diagnóstico o causa de enfermedad o muerte.

El estudio de la anatomía patológica intraoperatorio es uno de los procedimientos más difíciles en el ámbito laboral del médico patólogo. Consiste en el examen y emisión del diagnóstico durante el mismo acto quirúrgico.

Este tipo de pruebas se emplea para definir la naturaleza (benigna o maligna) de una lesión, determinar el estado de los márgenes quirúrgicos (presencia de células cancerosas en los bordes de la muestra de tejido), y establecer si el material extraído es adecuado para el examen posterior.

La anatomía patológica es una ciencia biológica que estudia las modificaciones de la estructura y función de las células, tejidos y órganos que constituyen la base de la enfermedad. Se aplica al estudio de humanos, animales y plantas.

La anatomía patológica médica intenta dilucidar la causa, el desarrollo y las  consecuencias de las enfermedades y para ello se vale de técnicas más o menos complejas que examinan aspectos morfológicos, inmunológicos, microbiológicos y moleculares de muestras de tejido orgánico  proveniente de biopsias y piezas quirúrgicas, citologías y autopsias.

El citodiagnóstico, también llamado citología, examina células que ofician como representantes del estado del tejido del órgano del cual se desprenden.

El citodiagnóstico es el estudio de las características microscópicas  de las células (forma, tamaño, coloración, etc.), las relaciones entre ellas y con los componentes extracelulares.

El análisis inmunohistoquímico consiste en la demostración de determinado antígeno en las células o tejidos utilizando anticuerpos. Esta técnica se basa en la capacidad de los anticuerpos de unirse específicamente al antígeno correspondiente.

Para visualizar la reacción en el microscopio se emplean “anticuerpos marcados” con proteínas –enzimas- capaces de modificar el color. En general se emplean  enzimas como la peroxidasa o la fosfatasa.