Una mirada de cerca a la Hipertensión Arterial Pulmonar

La HAP (Hipertensión Arterial Pulmonar) es una elevación de la presión sanguínea en las arterias de los pulmones (llamadas arterias pulmonares). La HAP es causada por una serie de cambios anormales producidos en las paredes de las arterias pulmonares que causan que éstas se vuelvan más estrechas y que el flujo sanguíneo disminuya. No está claro cuáles son los desencadenantes de estos cambios que llevan a la HAP.

Una vez que se desarrolla la HAP, tiende a progresar con el transcurso del tiempo.

  Las Arterias Pulmonares 

  • Transportan sangre desde el ventrículo derecho del corazón a los pulmones.
  • Permiten que la sangre entre a los pulmones para recoger el Oxígeno necesario para la vida.
  • En la HAP la arterias pulmonares se estrechan progresivamente, limitando el flujo sanguíneo y dificultando el suministro de Oxígeno al cuerpo.
  • Puede obstruirse con pequeños coágulos a que la HAP avanza.

 

  Los pulmones y la oxigenación de la sangre  

  • El aire inspirado entra a los pulmones y se distribuye en sacos microscópicos llamados alvéolos.
  • El oxígeno contenido en los alvéolos pasa a los glóbulos rojos de la sangre, que llegan desde las arterias pulmonares y fluyen a través de pequeños vasos llamados capilares.
  • La sangre cargada de Oxígeno vuelve al lado izquierdo del corazón, donde es bombeada al resto del cuerpo.

 

 

  La HAP y el corazón 

  • El ventrículo derecho bombea sangre desoxigenada a los pulmones a través de las arterias pulmonares.
  • Debido al estrechamiento de las arterias pulmonares que se produce en la HAP, el ventriculo derecho necesita realizar más presión para hacer fluir la sangre por los pulmones, y se sobrecarga.
  • A medida que el ventrículo derecho se debilita, le es más difícil bombear sangre a los pulmones, y al resto del cuerpo le llega sangre con bajo contenido de Oxígeno.
  • Los síntomas de la HAP, tales como cansancio, dificultad para respirar, sensación de desmayo y/o empeoramiento con el ejercicio, aparecen cuando el cuerpo más lo necesita.