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Agenda Científica

Calendario eventos científicos 2025

Pulmonary Vascular Research Institute PVRI

29 Enero

Rio de Janeiro, Brasil

 

International Conference on Lung Cancer ICLC

Enero 28-29

New York, Estados Unidos

 

International Conference on Pulmonary and Respiratory Medicine ICPRM

Enero 25-26

Paris, Francia

 

22nd Annual Winter Lung Cancer Conference®

Enero 31-Febrero 2

Florida, Estados Unidos

 

XV World Congress on Asthma, COPD & Respiratory Allergy.

3-6 Febrero

Dubai, UAE

 

International Conference on Pulmonary and Respiratory Medicine ICPRM

Febrero 8-9

Amsterdam, Países Bajos

 

World Allergy Congress (WAC) 2025 en colaboración con el American

Academy of Allergy, Asthma and Immunology (AAAAI)

28 Febrero - 3 Marzo

San Diego, California, Estados Unidos

 

Publicaciones FAT


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Entre un 10 y un 15% de los individuos mayores de 65 años presenta patología respiratoria crónica; estas enfermedades representan el 14% de las admisiones hospitalarias en este grupo etario. El asma bronquial ocupa un lugar destacado entre estas afecciones.

La prevalencia del asma en la población de la tercera edad oscila entre el 6.5 y el 17% siendo apenas más frecuente que en los más jóvenes, presumiblemente porque a medida que avanza la edad tasa de incidencia excede a la de remisión.

Existe una asociación entre el asma y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)

La prevalencia de ERGE en pacientes con asma es, aproximadamente, 1.6 veces más alta en los pacientes con asma en comparación con el resto de la población. En tanto el asma es alrededor de 1.2 veces más frecuente en pacientes con ERGE que en el resto de las personas.

Si bien son enfermedades inflamatorias crónicas de las vías respiratorias, caracterizadas esencialmente por la presencia de obstrucción bronquial, la EPOC y el asma se reconocen como dos enfermedades distintas. Sin embargo, cada vez es más frecuente identificar pacientes que comparten factores de riesgo, características clínicas, y hasta respuesta al tratamiento –Síndrome de superposición EPOC-Asma-. 

 

EPOC

Asma

Obstrucción

al flujo aéreo

Crónica, poco reversible

Total o parcialmente reversible, con medicamentos o espontáneamente

 

 

Hiperrespuesta bronquial

Inflamación

Desencadenada por el humo del tabaco

Condicionada por factores genéticos

Edad de aparición

A partir de los 40años

Edades más tempranas

Antecedentes

Tabaquismo

No está asociada al tabaquismo

 

 

EPOC- Asma

 

Algunos pacientes asmáticos fuman y presentan un deterioro acelerado de la función pulmonar o mala respuesta a los broncodilatadores o a los corticoides.

 

Algunos pacientes con EPOC presentan reversibilidad de la obstrucción bronquial como respuesta a la administración de un broncodilatador.

 

Se describen numerosos factores de riesgo que interactúan entre sí desencadenado una pérdida acelerada de función pulmonar: edad avanzada, exposición al humo del tabaco antes del desarrollo pulmonar completo, asma infantil, infecciones respiratorias reiteradas, exacerbaciones de enfermedades pulmonares crónicas.

 

 

 

El síndrome de superposición EPOC-asma es más frecuente en pacientes con antecedentes de tabaquismo y alergia

 

 

 

Se estima que entre un 17 y un 19 % de los pacientes pueden tener un EPOC - Asma, y se sugiere que  la prevalencia aumenta con la edad llegando al 65%.

 

Los consensos de expertos recomiendan, que en todos los pacientes con EPOC-Asma se evalúe precozmente el tratamiento con corticoides inhalados asociados a un broncodilatador de acción prolongada.

 

 

 

El Síndrome de Superposición EPOC-Asma ha sido incluido en los recientes  lineamientos de los comités de ciencias de la Global Initiative for Asthma (GINA) y la Global Initiative for Chronic Initiative Lung Disease (GOLD)

 

 

 

 

 

 

 

 

 Los resultados de un ensayo clínico publicado a fines de 2014 sugieren que los niños que comparten el lecho con sus padres, a cierta edad, tienen mayor riesgo de desarrollar asma.

Colecho se define como la actitud de compartir la cama con uno o ambos padres durante el descanso nocturno

 El estudio registró las prácticas de colecho, con la madre o ambos padres, en familias con bebés de dos meses y niños de dos años de edad y evaluó, a lo largo de seis años, la presencia de síntomas respiratorios. Se analizaron “asma diagnosticada por un médico” a los seis años y “sibilancias informadas por la madre entre el 1º año y los seis años”. El análisis incluyó datos 6100 madres con sus hijos.

El ejercicio físico es uno de los desencadena de crisis de asma. Alrededor del 70 a 80% de las personas con diagnóstico de asma experimentan síntomas cuando realizan ejercicio. Éstos pueden oscilar desde tos hasta una verdadera crisis.

Otras únicamente tienen síntomas al realizar alguna actividad física “asma inducida por el ejercicio”. Para que ocurra una crisis de “asma inducida por ejercicio” se requiere un esfuerzo intenso y continuado durante 4 a 5 minutos, que exija respiraciones rápidas.

Históricamente y en paralelo al desarrollo de la medicina convencional (*), el folklore popular primero y  las ciencias después, han dado origen a la medicina alternativa (**).

Es así que en los últimos tiempos el ciberespacio ha posibilitado que la penetrancia cultural ancestral en el uso de remedios y terapias no convencionales se perpetúe, permitiendo el acceso de pacientes y familiares a anuncios de tratamientos novedosos, costosos, con nombres extravagantes. Como siempre ha ocurrido y sigue sucediendo, algunos de ellos tienen un cierto grado de eficacia y producen algún beneficio, otros carecen en efectos en absoluto y otros más son harto perjudiciales.

Un 10% de los pacientes con asma padece, también hipersensibilidad al ácido acetilsalicílico –aspirina-.  En estos pacientes a la ingesta de aspirina u otros antünflamatorios no esteroides desencadena episodios graves de hiperreactividad bronquial.

La coexistencia de asma y poliposis nasal o rinosinusitis crónica es una circunstancia frecuente. El 40% de estos pacientes presenta hipersensibilidad al ácido acetilsalicílico.  La coincidencia de estas tres condiciones se conoce como tríada de Fernand Widal o de Samter o ASA-tríada.

La rinitis y el asma con frecuencia coexisten en un mismo paciente


  Asma                Rinitis  

Entre un 75% y un 80% de los individuos con asma, alérgica o no alérgica, padecen rinitis
Más del 80% de los pacientes con crisis agudas de asma atendidos en servicios de urgencias tienen evidencias, en la radiografía, de alteraciones de los senos paranasales.

  Rinitis           Asma 


Entre un 15 a 40% de los pacientes con rinitis alérgica o no alérgica también presentan asma.
La rinitis alérgica es un factor de riesgo para el desarrollo de asma
La intensidad de la rinitis se relaciona directamente con la gravedad del asma.
La rinosinusitis crónica con pólipos nasales se presentan en un alto porcentual de pacientes con asma grave

La hipersensibilidad al ácido acetilsalicílico se manifiesta en un 10% de los pacientes con asma, cifra que se puede elevar hasta a un 40% cuando coexisten, además, rinosinusitis crónica o poliposis nasal.  Esta última entidad  se conoce como tríada de Fernand Widal o de Samter o ASA-tríada. En estos pacientes el asma suele ser de muy difícil control y la exposición a la aspirina incrementa los síntomas de asma y rinosinusitis (La triada de Sampter será tratada más adelante, en una nota aparte).

  ¿Por qué la rinitis favorece el desarrollo de asma? 

Una de las funciones de la nariz es el acondicionamiento del aire respirado (calentamiento, humidificación y filtrado de partículas sólidas). Se sugiere que la inhalación reiterada de aire mal acondicionado puede determinar alteraciones funcionales (aumento de la resistencia de la vía respiratoria), inflamatorias y hasta favorecer la remodelación de la vía respiratoria.

También se propone, particularmente en el caso de las reacciones alérgicas, que existiría una diseminación sistémica de la respuesta inflamatoria inicial en la nariz o los bronquios.

  Conexión terapéutica  

El tratamiento de la rinitis y de la sinusitis crónica se asocia a una mejoría de la evolución del asma. Por ejemplo, el tratamiento de la rinitis con corticoides intranasales disminuye la frecuencia de consultas en los servicios de urgencias y de internación por exacerbación del asma. Además, los antihistamínicos,  fármacos de elección para tratar la rinitis alérgica se han asociado a disminución de los síntomas de asma y del uso de broncodilatadores. El beneficio se relacionaría con una reducción de la inflamación de la mucosa nasal.

Cuando la rinitis alérgica está bien tratada puede mejorar al asma acompañante

La crisis asmática severa prolongada, antes conocida como “mal asmático”,  refiere a una crisis persistente por varias horas con respuesta deficiente al tratamiento broncodilatador.

Este tipo de crisis suele afectar a pacientes que no cumplen adecuadamente con el tratamiento habitual del asma, cambian por decisión propia el esquema terapéutico indicado por el médico o se automedican con sedantes.

Proliferan hongos, mohos y ácaros del polvo doméstico. Las casas de veraneo que han estado cerradas durante los meses de invierno acumulan humedad que favorece el crecimiento de hongos y mohos en las paredes y la ropa de cama y almohadas. La humedad y las temperaturas templadas favorecen la proliferación de ácaros. Se recomienda mantener el nivel de humedad por debajo del 50%.

La mayoría de los pacientes con asma presentan el tipo leve persistente. Sin tratamiento los síntomas se manifiestan con una frecuencia inferior a la diaria, las alteraciones del sueño menos de una vez por semana, las exacerbaciones

son esporádicas y se controla con corticoides por vía oral y la espirometría revela una función pulmonar normal intercrisis. Una de las clasificaciones de la gravedad del asma se basa en la intensidad del tratamiento requerido para su control; el asma leve seria aquella que requiere un tratamiento de baja intensidad, independientemente de la gravedad de los síntomas y la obstrucción del flujo aéreo en el momento del diagnóstico (Tabla 1).

El asma es una enfermedad inflamatoria de las vías aéreas, con un substrato orgánico perfectamente estudiado.Si bien el asma no está causada por problemas psíquicos o emocionales, existe una amplia aceptación de la mediación de factores psicológicos (ansiedad, angustia, irritabilidad, etc.) en la aparición o agravamiento de las crisis y en el control de la enfermedad.

 

Los resultados de varios estudios sustentan la hipótesis de que la dieta occidental (cuyos componentes principales son carnes, harinas refinadas, postres, “comidas rápidas”) es un factor de riesgo de asma. En contraste la dieta Mediterránea ejerce un papel protector. (*)

(*)La dieta Mediterránea contiene fundamentalmente frutas, verduras, pescado, cereales, queso y yogurt.

Existen estudios que sugieren una relación entre la obesidad y el asma. Estas investigaciones muestran una correlación entre el exceso de peso y la gravedad del asma, una peor calidad de vida, más ausentismo laboral y escolar,  y menor respuesta al tratamiento farmacológico.

Es sabido que si bien existe un tipo de asma que puede agravarse con el ejercicio, la práctica de actividad física está indicada en la mayoría de los pacientes asmáticos. Incluso muchas personas con asma llegan a ser  deportistas profesionales.

La natación es el deporte en el que los atletas con asma logran sus mayores triunfos. Baste mencionar a Mark Spitz quien ganó siete medallas de oro en los Juegos Olímpicos de 1972.

Los medicamentos betabloqueantes se utilizan para tratar afecciones cardiacas como hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, angina de pecho, prevención de infartos en pacientes que ya han tenido un episodio,  y arritmias, entre otras. También se los emplea para tratar glaucoma y, con menos frecuencia, para controlar los síntomas de ansiedad o para disminuir la frecuencia de migrañas.

En el 10% a 20% de los pacientes con asma el ácido acetilsalicílico –aspirina- puede desencadenar una crisis de obstrucción bronquial. Los pacientes son en su mayoría de mujeres de alrededor de 30 años de edad. En casi todos ellos existe el antecedente de una infección respiratoria viral después de la cual aparecieron rinosinusitis y pólipos nasales. Meses después aparecen las crisis de obstrucción bronquial precipitadas por la ingesta de aspirina.

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