Crisis asmática

La crisis de asma está determinada por un conjunto de signos y síntomas que aparecen en forma repentina, con frecuencia por la noche. No obstante, su inicio puede ser lento y progresivo hasta expresarse plenamente varios días después.

 

   ¿Cómo se manifiesta?  

  • Respiración dificultosa que requiere esfuerzo y, en algunas oportunidades, obliga al paciente a permanecer sentado
  • Intensa sensación de falta de aire o “sed de aire”
  • Opresión en el pecho
  • Tos seca
  • Sudoración
  • Sibilancias audibles en la habitación
  • Contracción de los músculos del cuello e intercostales “tiraje” (La piel del cuello y entre las costillas se hunde al inspirar), en los casos más graves
  • Aleteo nasal (Las alas de la nariz se hunden al inspirar), en los casos más graves

 

   ¿Cómo evoluciona?  

Alivio espontáneo. En ocasiones la crisis cede por sí sola o con ejercicios de relajación sin necesidad de recurrir al auxilio de medicamentos.

Control con medicación de rescate. Requiere del uso del broncodilatador que el médico ha indicado específicamente para las crisis. Con frecuencia este tratamiento es suficiente para aliviar los síntomas en el mismo domicilio del paciente; en caso contrario habrá que recurrir a una sala de emergencias.

Crisis graves. Son excepcionales, pueden aparecer súbitamente en un paciente sin síntomas o tratarse del agravamiento de síntomas previos. Se trata de verdaderos “ataques” que si no se tratan adecuadamente pueden poner en riesgo la vida. Suelen afectar a adolescentes y adultos jóvenes con asma inestable que no reciben el tratamiento apropiado, con frecuencia por no cumplir con las indicaciones del médico.

 

El incumplimiento con las indicaciones del médico puede determinar la aparición de una crisis asmática grave con riesgo de muerte

 

Crisis asmática grave prolongada, antes conocida como mal asmático. Es una crisis grave y persistente. Puede presentar coloración azulada de la piel y los labios y el agotamiento físico y,  falta de respuesta al tratamiento. En general se asocia a tratamiento deficiente, automedicación anárquica que no sigue las indicaciones médicas o uso de sedantes.

 

Cumplir con el tratamiento intercrisis y reconocer el agravamiento de los síntomas son claves para controlar las crisis de asma