El desafío de manejar un paciente con un nódulo pulmonar solitario

Cuando se presenta a la consulta un paciente con un nódulo pulmonar solitario la duda que involucra al médico y al paciente mismo es conocer la naturaleza de la lesión.

Se aplica entonces un cálculo de probabilidades para estimar si se trata de una lesión benigna o un cáncer pulmonar.

Para ello se toman en cuenta:

  • Los factores de riesgo del paciente: fumador, antecedentes personales o familiares de cáncer de pulmón, exposición laboral a agentes cancerígenos, entre otros.
  • Las características de la tomografía computada de tórax: tamaño de la lesión, ubicación, etc.


Aún así en un gran número de pacientes la duda persiste y el gran dilema es la intervención quirúrgica.

  • En general, cuando existe una fuerte sospecha de cáncer es conveniente operar y resecar el tumor.

Sin embargo, también podría tratarse de una lesión benigna y en ese caso se habría expuesto al paciente al riesgo de una cirugía.

La decisión gira, entonces, alrededor del estado clínico de los pacientes: su función cardiopulmonar, la presencia de enfermedades respiratorias (EPOC, hipertensión pulmonar) y la opinión personal del paciente.

A principios de este año se ha publicado un estudio que recomienda:

  • En pacientes con bajas probabilidades de cáncer: realizar controles tomográficos periódicos durante un periodo de 2 años.
  • En pacientes con altas probabilidades de cáncer: confirmar el diagnóstico mediante una cirugía con estudio anatomopatológico.
  • En  pacientes con un grado moderado de riesgo de cáncer: realizar una biopsia

 

Ante la pregunta ¿doctor, podría ser un cáncer?
El médico responde  aplicando su criterio clínico basado en las características del paciente, la imagen radiológica, su intuición y experiencia, y el tipo de relación médico-paciente.