Hipertensión arterial pulmonar, puesta al día

Bajo el nombre “hipertensión arterial pulmonar” se agrupan varias enfermedades crónicas que comprometen los pulmones y el corazón. 

 

 

Si bien es poco frecuente, la hipertensión arterial pulmonar puede afectar a cualquier persona, en cualquier momento de su vida.

 

 

  ¿Cómo se produce? 

Básicamente, lo que ocurre es que, las arterias que llevan sangre a los pulmones sufren cambios estructurales (engrosamiento de sus paredes) que estrechan su luz y, también, alteran de su función.

En estas circunstancias el corazón debe incrementar su fuerza de bombeo para poder vencer la resistencia de las arterias pulmonares. Este aumento de fuerza se expresa como un aumento de la presión en las arterias pulmonares y una sobrecarga del trabajo cardiaco. La sobreexigencia del corazón puede determinar una insuficiencia cardiaca.

 

La Asociación Europea de Hipertensión Pulmonar considera cinco subtipos:

  • Clase I: hipertensión arterial pulmonar: idiopática, hereditaria, inducida por fármacos o toxinas, asociada a enfermedades del tejido conectivo, cardiopatías congénitas, infección por VIH, hipertensión portal.
  • Clase II: hipertensión arterial pulmonar debida a disfunción del corazón izquierdo.
  • Clase III: hipertensión arterial pulmonar debida a enfermedades pulmonares, hipoxia o ambas.
  • Clase IV: hipertensión arterial pulmonar por trombo embolismo pulmonar crónica.
  • Clase V: hipertensión arterial pulmonar de mecanismo poco claro o multifactorial.

 

  La importancia del diagnóstico temprano  

La disnea y la fatiga son los síntomas principales, pero el diagnóstico se confirma mediante un cateterismo cardiaco.

En algunos casos la enfermedad evoluciona rápidamente, la sospecha surge en el breve plazo y ello acelera el diagnóstico.

Pero, en una importante cantidad de pacientes la enfermedad puede pasar desapercibida o se confunde con asma, EPOC, apnea del sueño o alguna otra afección pulmonar. Antes de la confirmación del diagnóstico el paciente suele visitar entre 2 y 3 médicos y aún así éste se demora un promedio de 2.8 años; y esta estadística no ha cambiado en las últimas dos décadas. En aproximadamente el 75% de los pacientes la enfermedad ya está avanzada en el momento en que se la reconoce como tal.

 A propósito de ello la Asociación de Hipertensión Pulmonar de Estados Unidos ha lanzado una campaña llamada “A veces puede ser una hipertensión pulmonar”. El objetivo es disminuir el tiempo entre la aparición de los primeros síntomas y el diagnóstico, de modo de poder implementar el tratamiento adecuado lo más rápidamente posible, retrasar la progresión de la enfermedad y asegurar una mejor calidad de vida al paciente. Esta campaña, de información y educación, se extenderá durante cinco años, se dirigirá a los médicos durante los 2 primeros años y a partir del 3º año se incluirá a los pacientes con riesgo de padecer hipertensión arterial pulmonar.

 

En el manejo de la hipertensión arterial el diagnóstico temprano es una prioridad

 

 

  Tratamiento 

La hipertensión arterial pulmonar es una condición que requiere ser tratada por un especialista. 

Si bien aún no hay una curación, la calidad de vida y la sobrevida de los pacientes con hipertensión arterial pulmonar han mejorado mucho en los últimos años gracias a los avances farmacológicos.

En aquellos casos en que la respuesta no es satisfactoria se puede recurrir al trasplante bipulmonar o de pulmones y corazón

 

 

Sin el tratamiento adecuado la expectativa de vida de los pacientes con hipertensión arterial pulmonar puede reducirse a 2 o 3 años.