Tuberculosis, estudio de los contactos

La tuberculosis pulmonar se adquiere, principalmente, por contacto con las secreciones de un paciente enfermo. El Consenso Argentino del año 2009 establece que, después del diagnóstico y tratamiento del paciente con tuberculosis, el siguiente paso es estudiar a los “contactos”.

 

   Los “contactos” son las personas que comparten espacios en común con el paciente: 

  • Convivientes (> 6 horas/día)
  • Compañeros de trabajo o de escuela, vecinos (< 6 horas/día)
  • Personas con contacto esporádico (no diario)

 

Los contactos constituyen un grupo de alto riesgo de infección y enfermedad

 

  El estudio de los contactos tiene varios objetivos:  

  • Detectar contactos infectados (prueba cutánea positiva, sin evidencias clínicas ni radiográficas de enfermedad)
  • Diagnosticar contactos con evidencias clínicas y/o radiológicas de enfermedad
  • Implementar el tratamiento adecuado para cada situación
  • Reconstruir la cadena de contagio para identificar el primer eslabón (caso índice original)

 

Entre un 2 y 3% de los contactos y un 10% de los infectados enferman de tuberculosis

 

 

  ¿Cómo se estudian los contactos? 

  • Examen clínico
  • Prueba de sensibilidad a la tuberculina, PPD o prueba de Mantoux
  • Rx de tórax
  • Examen bacteriológico de esputo

 

  No todos los contactos se infectan, ello depende de  

 

  • La frecuencia y duración del contacto con el paciente
  • Las características de la enfermedad del caso índice
  • La concentración de bacilos en el aire (hacinamiento, ventilación ambiental)
  • La susceptibilidad personal y estado inmunitario del contacto

 

 

La presencia e intensidad de la tos favorece la infección de los contactos

 

 

 

 Conducta a seguir 

Quimioprofilaxis: administración de uno o más antimicrobianos para disminuir el riesgo de enfermar de tuberculosis.

La indicación de quimioprofilaxis en los contactos no está estandarizada ya que no hay consenso entre las distintas sociedades científicas, ello implica que la decisión quedará a criterio del médico tratante.

 

 

Es fundamental comprender que la quimioprofilaxis antituberculosa es de duración prolongada y tomar conciencia que si bien puede no haber síntomas cumplir con las indicaciones es la mejor estrategia para prevenir la enfermedad.