Paracaidismo

Los saltos en paracaídas se hacen desde altitudes comprendidas entre los 1700 a 5000 mts. En las alturas la presión de oxigeno en el aire inspirado disminuye y se reduce el aporte de oxígeno al organismo (hipoxia).

A una altitud de 3000 metros aún es posible para una persona sana transportar oxigeno al 90% de su capacidad. A 4300 metros esta capacidad disminuye notablemente. Arriba de los 5000 metros la exposición rápida al aire exterior impide el salto. A 6000 metros se deteriora la visión, casi no se oye el motor del avión, la respiración se torna difícil, el ritmo cardiaco se acelera y no es posible razonar acerca de estos problemas. A 7500 metros sobrevienen el colapso y la muerte.

La hipoxia altera la coordinación mental y motora pero el paracaidista no suele tener conciencia de estos trastornos lo que torna la situación en extremadamente peligrosa

Se recomienda usar aporte suplementario de oxigeno cuando el salto se efectúe a una altura superior a los 3000 metros por más de 30 minutos.

  Pacientes con compromiso de la función cardiorrespiratoria 

Una situación especial es la de los pacientes con bronquitis crónica, asma, antecedentes de neumotórax, enfermedades cardiacas, fumadores, y obesos. En estos casos se requiere un examen médico exhaustivo para evaluar la necesidad de aporte suplementario de oxigeno a alturas inferiores a los 3000 metros.

Algunas personas afectadas por enfermedades respiratorias y, también los  fumadores, deben usar oxigeno suplementario durante los vuelos diurnos por arriba de los 1500 metros y casi siempre durante los vuelos nocturnos

  Para evitar la hipoxia se recomienda:  

  • Llevar oxigeno en el avión
  • Calcular la necesidad de oxigeno con el altímetro, nunca en base a los  síntomas.
  • Usar oxigeno por arriba de los 3800 metros.
  • Usar oxigeno en vuelos prolongados por arriba de los 3000 metros.
  • Utilizar oxigeno en vuelos nocturnos arriba de 1500 metros.
  • Respirar normalmente al usar el oxigeno


Algunas personas creen que si respiran rápida y profundamente –hiperventilación- lograrán compensar la hipoxia. Este es un gran error ya que durante la hiperventilación se produce un desequilibrio químico en la sangre, que causa vértigo, mareos, taquicardia, visión borrosa, etc. Para evitar la hiperventilación o retomar el ritmo normal de respiración se recomienda hablar, cantar, contar, etc.