Asma en adultos mayores de 65 años

En los últimos años se ha notado un aumento de la frecuencia del asma en los adultos mayores de 65 años, en especial a partir de los años ‘70 asociada al proceso de urbanización.

 

Se describen dos tipos de asma en los adultos mayores

   Asma crónica o asma de aparición temprana que se inició en la infancia juventud y persiste aún en la edad avanzada.

   Asma de aparición tardía, que se inicia después de los sesenta y cinco años, la cual es menos frecuente. Muchas veces surge en relación con un episodio de infección respiratoria más persistente, suele ser de difícil respuesta al tratamiento.

Características distintivas
Una de las principales características del asma en este grupo de pacientes es que los síntomas son poco específicos y suelen confundirse con problemas gástricos y cardiológicos.

Contribuyen a la gravedad del asma en los adultos mayores la coexistencia con otras enfermedades respiratorias (bronquitis, enfermedades pulmonares laborales, tabaquismo) y cardiacas que favorecen el desarrollo de complicaciones y dificultan el tratamiento farmacológico.

Además, en los adultos mayores la percepción de los síntomas está disminuida por lo cual cuando consultan el cuadro sintomático suele estar avanzado. A veces el paciente desconoce su situación pero la dificultad al respirar o los ruidos en el pecho que aparecen simultáneamente con un resfriado pueden estar indicando un asma encubierta.

Manejo terapéutico
Algunos medicamentos usados para aliviar otras enfermedades pueden empeorar el asma, como por ejemplo la aspirina y los beta bloqueantes (aún bajo la forma de colirios)

Y, viceversa, medicamentos que se emplean para tratar el asma pueden influir negativamente en otros problemas de salud. Los corticosteroides inhalados, cuando se usan en dosis elevadas, pueden contribuir al desarrollo de osteoporosis en personas propensas como por ejemplo las mujeres posmenopáusicas. No obstante, en la mayoría de los casos, se considera que el  beneficio de los corticoides supera los riesgos ya que el asma no tratada deteriora la calidad de vida y hasta puede poner en peligro la vida.

Es fundamental informar al médico sobre todos los medicamentos que toma un adulto mayor con asma, en todo momento, aunque sean tratamientos a corto plazo.