¿Una epidemia del nuevo siglo?

El asma es una enfermedad inflamatoria de los bronquios caracterizada por tos, silbidos en el pecho (sibilancias) y dificultad para respirar.  Los síntomas pueden manifestarse varias veces al día, o con intervalos de semanas o meses o ser precipitados por la actividad física o la exposición al humo del tabaco, sustancias irritantes o alergenos.

El asma no se cura, pero con un diagnóstico y tratamiento adecuados, la educación del paciente y su participación activa en el manejo de la enfermedad se puede controlar. El asma es la patología más habitual en el mundo occidental.

Las cifras

Aunque los estudios epidemiológicos realizados a nivel mundial reflejan grandes diferencias geográficas, étnicas, socioeconómicas y culturales la realidad es que el asma está afectando cada vez a más personas en el planeta.

La prevalencia varía con la edad, es máxima alrededor de los 8 a 10 años de edad y disminuye al mínimo hacia los 40 años, aumentando luego hasta los 75 años. El crecimiento del asma en el mundo se refleja en niños y en adultos. Dos de los más importantes estudios son el Estudio internacional de asma y alergias en los niños (ISAAC- por sus siglas en inglés) y la Encuesta Nacional de salud respiratoria de la Comunidad Europea (ECRHS- por sus siglas en inglés) en adultos. La Iniciativa Global para el Asma (GINA) resumió los datos de ambos estudios en el Informe sobre el Impacto Mundial del Asma. En el mismo se hace saber la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que existen hoy 300 millones de asmáticos en todo el mundo y que se espera que para el año 2025 este número aumentará a 400 millones.

Factores responsables del aumento del asma en el mundo

Es posible que el aumento de asma se deba a una mejoría en las técnicas y criterios diagnósticos pero el estilo de vida occidental y la urbanización parecerían ser los grandes culpables.  En el informe de la GINA se menciona que para el 2025 el porcentaje de población urbana podría aumentar de un 45% a un 59%, siendo así a los 300 millones actualmente afectados se le sumaría 100 millones más.

El hecho de que los niños que nacen y se crían en ambientes rurales en contacto con animales de granja y mascotas, animales que son  nocivos para las personas con asma, parece una paradoja, pero lo cierto es que esta circunstancia ejerce una protección contra el asma.

 

 

 

 

También se lo ha asociado con un aumento de la atopía y otras enfermedades alérgicas como el eccema y la rinitis. Para explicar este hecho una de las teorías más aceptadas es la denominada «hipótesis de la higiene» que postula que la ausencia de contacto habitual con microorganismos impide la maduración del sistema inmunológico y promueve respuestas de tipo alérgico en lugar de las de tipo protector.

Otro factor que puede influir es el hábito tabáquico materno, los recién nacidos de madres fumadoras tienen más probabilidades de ser asmáticos que los hijos de mujeres que no fuman. También el reemplazo de la leche materna por la leche artificial favorece el desarrollo de asma bronquial, así como algunas infecciones (sarampión, rinovirus y virus sincicial respiratorio) pueden favorecer el desarrollo de asma en pacientes genéticamente predispuestos.

 

En contraste la vacuna BCG pueden proteger a una persona con predisposición genética

 

Repercusiones

 

Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el asma es la causa más frecuente de la falta de asistencia de los niños a la escuela y de ausentismo laboral en los adultos.

 

 

 

También han aumenta la gravedad y mortalidad, es decir que hay más asmáticos, más asmáticos graves y más personas mueren por asma. Se estima que el asma es responsable de aproximadamente 1 de cada 250 muertes en todo el mundo. El asma está presente en todos los países, independientemente de su grado de desarrollo pero, más del 80% de los fallecimientos por asma ocurren en regiones de ingresos bajos o medios-bajos. Y, se estima que la mortalidad aumentará en casi un 20% en la siguiente década si no se toman medidas urgentes.

 


Es fundamental entonces que, en el siglo XXI, las instituciones de salud y los ciudadanos del mundo nos planteemos como prioridad mejorar la atención y cuidados de las personas con asma. En particular es imprescindible asegurar el acceso a los medicamentos sobre todo para los pacientes con condiciones socioeconómicas desfavorables para lograr el control de esta enfermedad, y promover programas para reducir el consumo del tabaco.

 

 

 

Desde 1998 el Día Mundial del Asma (DMA) se celebra, bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud, cada primer martes de Mayo, el próximo será el 1 de Mayo de 2012. Este es un día de reflexión que tiene como objetivos concientizar, sensibilizar y educar a todas las personas acerca de esta enfermedad y sus características.