Desigualdad de sexo

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Erróneamente la tendencia a la igualdad entre hombres y mujeres puede ser perjudicial para la salud. La incorporación de las mujeres al mercado laboral, su alta participación en la esfera sociocultural, su creciente injerencia en la política y la propaganda dirigida han hecho que ellas paulatinamente adquirieran ciertas costumbres tradicionalmente “masculinas” como el fumar cigarrillos.

 

Si bien puede parecer que este hábito las iguala socialmente, no ocurre lo mismo con la respuesta biológica al tabaco. La relación de las féminas con el tabaco tiene características distintivas.

  Motivación 

En la motivación para fumar desempeñan un papel protagónico  los condicionamientos sociales basados en contextos culturales, valores, actitudes y relaciones, el comportamiento aprendido que las identifica como mujeres.

El entorno o grupo social es determinante en el aumento de consumo de cigarrillos en las mujeres ya que en influye la necesidad de ganar la aprobación y el apoyo de sus pares;  cuántas más amigos fuman mayor es el riesgo de comenzar a fumar.

Las adolescentes son más sensibles al tabaquismo de los padres, y las mujeres de la familia. Al parecer las jovencitas cuya madre o hermanas mayores fuman tienen cinco veces más probabilidades de hacerlo que otra en cuya familia nadie lo hace.

Psicológicamente las jóvenes poco comunicativas con los adultos son más rebeldes y más propensas a fumar.

El control del peso es uno de los motivos más frecuentes por los cuales las mujeres se inician en el hábito de fumar.  Por la misma razón se les dificulta la cesación del hábito.

Las mujeres tienden a seguir fumando por el efecto “relajante” para aliviar la tensión, el estrés; y como estrategia para “afrontar” los sentimientos negativos de ira y frustración.

 

  Tendencia  

Lentamente el tabaquismo desciende entre los varones. En contraste  aumenta en las mujeres, se estima que a nivel mundial en el año 2025 fumará el 25% de es decir que habrá 532 millones de fumadoras.

 

  Consecuencias 

Aparato respiratorio

Se ha descripto que las mujeres fumadoras tienen un 12.8% más de riesgo de desarrollar EPOC que las que no fuman

El riesgo de EPOC asociado al tabaquismo es mayor en el sexo femenino en comparación con el masculino

El tabaco aumenta la incidencia de catarro, infecciones broncopulmonares, tos crónica, expectoración y disnea.

El riesgo de cáncer de pulmón asociado al consumo de tabaco es mayor en el sexo femenino en comparación con el masculino

 El futuro

Dado que  los efectos perjudiciales del tabaco demoran décadas en manifestarse éstos  aún no han alcanzado su plenitud. Sin embargo las consecuencias en las mujeres ya se vislumbran

Otros riesgos

 

  Abandonar y reincidir  

Algunos estudios indican que es mayor la probabilidad de síndrome de abstinencia si se intenta dejar de fumar sn la segunda fase del ciclo menstrual, entre los días 15 a 28.

Para las mujeres  es más sencillo que para los varones dejar de fumar. Sin embargo les es más difícil mantenerse sin fumar a largo plazo.

 

En las mujeres son más  frecuentes las recaídas del hábito de fumar que los hombres

 

Con mayor frecuencia las mujeres fuman para mejorar su estado de ánimo

 

En las mujeres el mantenimiento de la adicción  y la recaída son favorecidas, fundamentalmente, por el aumento de peso y los sucesos vitales negativos

Estudios recientes señalan que el aumento de peso asociado al abandono del tabaco es, en la mayoría de los casos, moderado y transitorio.

En las mujeres es muy importante el apoyo psicológico con foco en la autoestima, el control del peso y el manejo del estrés