Pruebas de ejercicio cardiopulmonar (PECP)

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Las pruebas de ejercicio cardiopulmonar (PECP) son pruebas de esfuerzo máximo limitadas por la aparición de síntomas.

Durante estas pruebas se miden el consumo de oxígeno (VO2), la producción de dióxido de carbono (VCO2), la ventilación por minuto (VE) y otras variables, además del registro electrocardiográfico (ECG), la presión arterial, la oximetría de pulso y los gases en sangre arterial.

 

  Diferencia con la ergometría convencional  

Las pruebas de ejercicio cardiopulmonar se diferencian de la ergometría convencional en que ésta evalúa, fundamentalmente, el electrocardiograma y la presión arterial.

Además, la ergometría tiene por objeto identificar deficiencias en el aporte de sangre al músculo cardiaco -isquemia miocárdica-. Sin embargo, no suele ser apropiada para definir un diagnóstico en personas con intolerancia al ejercicio que no es causada por isquemia, como por ejemplo disnea por enfermedad pulmonar.

 

  Indicaciones de las pruebas de función cardiopulmonar  

Evaluación de la capacidad de esfuerzo

Diagnóstico

Evaluación de respuesta al tratamiento  

Diseño de programa de actividad física

 

   ¿Cómo se efectúa la prueba?  

 

   ¿Cómo responde el organismo al ejercicio?  

Durante el ejercicio los músculos requieren más energía y aumenta la demanda de oxígeno (2 a 3 veces).

Respuesta normal

Cumplir con esta necesidad requiere de la participación activa del sistema cardiopulmonar. En una situación de ejercicio máximo el consumo de oxígeno puede aumentar hasta 18 veces, la frecuencia cardíaca 2 a 3 veces, y también se incrementan otros parámetros. El paciente no muestra alteraciones físicas frente a este esfuerzo.

Respuesta anormal

Existen tres factores que limitan la capacidad de ejercicio:

 

La prueba de ejercicio cardiopulmonar puede ayudar a distinguir entre pacientes con enfermedades cardiacas y otros con afecciones respiratorias

 

 

   Algunas contraindicaciones de la prueba de función cardiopulmonar