Aspergiloma pulmonar

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El aspergiloma es una masa causada por la colonización de un hongo llamado Aspergillus (“bola fúngica”), consistente en la acumulación de hifas, moco, restos celulares y células inflamatorias.

El Aspergillus es un hongo cuyo hábitat natural es el aire, la tierra, materias en descomposición, paredes húmedas y agua. Ingresa al organismo humano a través del pulmón y los senos paranasales.

 

 

Con mayor frecuencia el aspergiloma se desarrolla en los pulmones pero puede aparecer también en el cerebro, el riñón u otros órganos.

 

El aspergiloma se forma en una cavidad pulmonar secuela de alguna enfermedad previa o invade tejido sano formando un absceso.

El aspergiloma pulmonar es característico de pacientes con antecedentes de tuberculosis o sarcoidosis, fibrosis pulmonar y cáncer de pulmón, bronquiectasias, o infección por Pneumocystis jiroveci en un paciente VIH (+).

 

 ¿Cómo se manifiesta? 

El aspergiloma generalmente es asintomático.

La hemoptisis es la forma más frecuente de presentación y aparece en alrededor del 55 a 85% de los casos. Puede variar desde la expectoración con sangre hasta una hemoptisis masiva que puede ser masiva y poner en peligro la vida. 

 

 ¿Cómo se diagnostica? 

La sospecha surge a partir de la observación, en la radiografía o tomografía computada de un paciente que consulta por hemoptisis, de una cavidad en los lóbulos superiores del pulmón con una masa móvil  en su interior, con aire entre la masa y la cavidad (signo de la media luna).

 

La confirmación requiere cultivo de esputo positivo, lo que ocurre en un 50% de los casos; o anticuerpos  anti-Aspergillus en sangre presentes en el 90% de los pacientes.

 

Tratamiento 

El tratamiento se limita a los pacientes que han tenido episodios de hemoptisis.

Su abordaje es eminentemente quirúrgico sobre todo en los casos de hemoptisis masiva, infección localizada o pacientes con buena capacidad pulmonar

En pacientes con hemoptisis grave y contraindicación de cirugía se puede realizar embolización de las arterias bronquiales, aunque con frecuencia ocurren recidivas.

También se pueden utilizar medicamentos antimicóticos. Sin embargo, la anfotericina B por vía oral es poco efectiva debido a su mala penetración en la cavidad y sus efectos secundarios. En algunos casos se ha intentado instilar la anfotericina B directamente dentro de la cavidad bajo control tomográfico. Algunos autores informan remisiones parciales o incluso completas con itraconazol oral.