Histoplasmosis

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La histoplasmosis es una infección producida por el hongo Histoplasma capsulatum, cuyo hábitat natural es el suelo y el guano de aves de corral, murciélagos, palomas, etc.

Es una enfermedad endémica en América y algunas zonas de África, Asia y Europa. En Argentina la mayoría de los casos notificados corresponden a las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Sur y Centro de Santa Fe, Sur y Este de Córdoba y Este de La Pampa.

 

Es una infección predominantemente rural, en trabajadores que manipulan  tierra, limpian gallineros, o exploran cuevas. En las áreas urbanas son fuentes de infección los jardines tratados con fertilizantes que contienen excremento de aves, y los lugares abandonados habitados por murciélagos o palomas.

 

  ¿Cómo se manifiesta? 

El microorganismo ingresa al cuerpo por vía inhalatoria y desde allí rápidamente se instala en el pulmón. El organismo que nunca ha tenido contacto con el hongo reacciona inicialmente controlando la infección; en quienes han tenido contacto previo pueden persistir hongos en estado latente que se reactivan en caso de deterioro de la inmunidad.

En individuos inmunocompetentes el compromiso pulmonar es, por lo general, aislado y tiene un curso benigno, asintomático y cura generalmente en forma espontánea.

También se han descripto epidemias de neumonía aguda asociadas a la inhalación de polvo conteniendo grandes cantidades del hongo.

Alrededor de un foco curado puede desarrollarse un histoplasmoma, que crece lentamente durante 10 a 20 años. Si no deja de crecer puede afectar alguna estructura adyacente importante y requiere extirpación quirúrgica.

En pacientes con EPOC la infección puede evolucionar a la cronicidad produciendo tos y disnea con deterioro progresivo de la función pulmonar, lesiones mucocutáneas crónicas y compromiso de otros órganos. El riesgo de desarrollar esta forma evolutiva es mayor en varones fumadores crónicos trabajadores en áreas endémicas.

En pacientes con compromiso inmunológico moderado (edad avanzada, malnutrición, diabetes, alcoholismo) suelen desarrollarse formas diseminadas crónicas con síntomas generales, lesiones cutáneas y mucosas, y de otros órganos.

En pacientes con marcada inmunodepresión (SIDA, leucemia, linfoma y tratamientos inmunosupresores), la histoplasmosis puede surgir tras la inhalación o evolucionar a partir de un foco latente.  La forma diseminada aguda se caracteriza por síntomas de mal estado general (astenia, pérdida de peso), afectación del hígado, el bazo y los ganglios linfáticos.  El pronóstico de esta forma clínica es grave con un alto riesgo de mortalidad.

 

  Diagnóstico 

El diagnóstico se basa en la sospecha epidemiológica. La identificación del hongo en las muestras de tejido (biopsia, lavado broncoalveolar, esputo, etc.) y las pruebas realizadas en sangre para detectar antígenos del hongo y anticuerpos.

 

  Tratamiento 

En personas inmunocompetentes habitualmente no se realiza tratamiento específico, excepto que los síntomas persistan por más de 2 a 3 semanas. Los pacientes con enfermedad moderada a grave requieren internación y se tratan con anfotericina B liposomal por vía intravenosa. En casos menos graves se puede usar itraconazol por vía oral.