Nuevas terapias antiinflamatorias para la EPOC

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En la fisiopatogenia de la EPOC la inflamación desempeña un papel importante y se ha constituido en un blanco terapéutico.  No obstante, sus características de persistencia, aún después de varios años de suspendida la exposición a agentes dañinos como el cigarrillo, y sus mecanismos distintos al de otras enfermedades inflamatorias crónicas la hacen resistente a los corticoides.

En este proceso intervienen macrófagos y células epiteliales que, activadas por factores irritativos, liberan mediadores proinflamatorios. A su vez, esta reacción es amplificada por neutrófilos, monocitos, células Th1 y Th2, y fibroblastos, con el consecuente daño tisular y alteraciones estructurales del parénquima pulmonar y la vía aérea.

Si bien no cuentan con la aprobación específica para tratar la inflamación de la EPOC, el autor menciona como opción las estatinas por sus acciones pleiotrópicas antiinflamatorias. Incluye, en la misma lista, al roflumilast -inhibidor de la fosfodiesterasa PDE4- indicado para disminuir las exacerbaciones agudas, cuyos beneficios se han atribuido a una acción antiinflamatoria contra los neutrófilos.

Por su parte la teofilina mejoraría la capacidad de respuesta a los corticoides al restituir la actividad de la histona deacetilasa (HDAC) relativamente inactivada en la EPOC. Existiría, también, un efecto inhibidor de la liberación de las citocinas proinflamatorias mediado por los beta agonistas de acción prolongada, potenciadores de los efectos de los corticoides. 

Los efectos antiinflamatorios del agente anticolinérgico tiotropio se relacionarían con la inhibición de los receptores colinérgicos de las células inflamatorias. La rosiglitazona, utilizada en el tratamiento de la diabetes, es un agonista de los receptores activadores de la proliferación de peroxisomas  (PPARs por sus siglas en inglés) con efectos inmunomoduladores. Por el momento se están llevando a cabo protocolos de estudio con anticuerpos monoclonales como el etanercept, omalizumab y canakinumab.

Asimismo, están en desarrollo moléculas con acción antiinflamatoria específica sobre la EPOC: antagonistas de los receptores de quemocinas CCR y CXCR; inhibidores del factor de quimiotaxis de neutrófilos el leucotrieno B4; inhibidores de la proteína activadora de la lipooxigenasa (FLAP); y la bimosiamosa inhibidora de las selectinas. 

Hay un interés generalizado en el FLX125, un inhibidor de quemocinas, bloqueante de receptores acoplados a la proteína G ampliamente distribuidos en las células antiinflamatorias pero escasos en los linfocitos T y B; esta particular distribución  le confiere un amplio espectro de acción antiinflamatoria sin que se afecte la respuesta inmune adaptativa. También están en etapa de investigación inhibidores de metaloproteinasas de la matriz, inhibidores de proteína kinasas activadas por el mitógeno p-38 y células madre.

  Conclusión  

De su revisión, el autor concluye que existe una disparidad entre el enorme número de pacientes con EPOC y el escaso interés e inversiones en la investigación de los mecanismos fisiopatológicos y el desarrollo de nuevas moléculas con acción terapéutica. También llama la atención sobre la falta de estandarización de los métodos empleados para estudiar la inflamación, evaluar la acción antiinflamatoria y el impacto clínico y evolutivo en el paciente.

Acceso al resumen
Novel Antiinflammatory Therapies for COPD. Gross N. CHEST 2012; 142(5):1300–1307.