Crisis asmática severa prolongada

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La crisis asmática severa prolongada, antes conocida como “mal asmático”,  refiere a una crisis persistente por varias horas con respuesta deficiente al tratamiento broncodilatador.

Este tipo de crisis suele afectar a pacientes que no cumplen adecuadamente con el tratamiento habitual del asma, cambian por decisión propia el esquema terapéutico indicado por el médico o se automedican con sedantes.

 

   Factores de riesgo  

  ¿Cómo se manifiesta?  

 

La medición del flujo pico durante la crisis severa de asma muestra valores inferiores a 150 l/minuto

 

   ¿Cómo evoluciona?  

La crisis asmática severa prolongada solamente puede tratarse en el ámbito hospitalario ya que requiere administración de oxígeno, y en ocasiones, ventilación asistida; este tipo de crisis se asocia a un importante riesgo de mortalidad.

 

   Métodos de diagnóstico  

 

Gases en sangre

La medición de gases en sangre o gasometría evalúa la concentración de oxígeno (O2) y de dióxido de carbono (CO2) en la sangre.

Esta prueba también determina el pH, es decir la acidez o alcalinidad de la sangre

Las condiciones médicas capaces de alterar la concentración de gases en sangre y el pH son múltiples, por lo que se trata de un procedimiento ampliamente difundido en la práctica médica. Ejemplos del uso de la gasometría son las enfermedades respiratorias, afecciones renales, enfermedades metabólicas (diabetes descompensada), diarrea o vómitos profusos.

 

Procedimiento

 

   Indicaciones de la gasometría en trastornos respiratorios  

Enfermedades respiratorias

Condiciones que puedan afectar la función respiratoria

 

Las alteraciones de la concentración de los gases en sangre o el pH, o ambos,  comprometen el funcionamiento del sistema nervioso central, corazón y riñones.