Stoller y colaboradores han realizado una amplia y detallada revisión de los aspectos epidemiológicos, genéticos, clínicos y diagnóstico-terapéuticos de la deficiencia de α1-antitripsina.
La α1-antitripsina es producida en el hígado y su función primordial es la de proteger al pulmón contra la acción de enzimas proteolíticas como la elastasa neutrofílica. La deficiencia de α1-antitripsina es una enfermedad genética que afecta aproximadamente a 1 de cada 1500-2000 personas. Es una condición subdiagnosticada y subtratada; suelen transcurrir varios años entre la primera manifestación y el diagnóstico y, no todos los pacientes reciben tratamiento con antiproteasas.
Se han descripto para esta entidad más de 120 alelos, el alelo Z es el más frecuentemente identificado (95% de los casos) en los casos de deficiencia enzimática grave con expresión clínica. En los individuos portadores del alelo Z los niveles séricos de α1-antitripsina suelen ser muy bajos: 3 a 7 microM para un rango normal de 20 a 53 microM. El riesgo de desarrollar enfisema tempranamente aumenta a partir de concentraciones séricas inferiores a 11 microM (80 mg/dl).
El diagnóstico se hace mediante la valoración de los niveles de α1-antitripsina. A partir del año 2003 la American Thoracic Society se recomienda realizar esta prueba a todos los pacientes con EPOC o con asma con reversibilidad incompleta al aplicar broncodilatadores. En el caso de hallarse valores < 100 mg/dl se considera apropiado realizar un estudio genético, en los Estados Unidos el mismo es gratuito y financiado por quienes producen el producto para su tratamiento.
Clínicamente se manifiesta por EPOC de inicio temprano causado por proteolisis tisular; según distintas series en el 20% existe enfisema basal y, aproximadamente en el 36% el enfisema es apical. La expresión y magnitud clínica de la EPOC se relacionan fundamentalmente con la gravedad de la deficiencia enzimática y la condición de fumador. También existe aumento de polimerización con depósitos en hígado, paniculitis y vasculitis.
Los autores describen que en estos pacientes el manejo del enfisema incluye, además de los tratamientos convencionales, infusiones de α1-antitripsina purificada extraída de plasma humano; este “tratamiento de aumento” es específico y resulta en un aumento de la concentración sérica por encima del umbral de protección del pulmón. Existen seis preparados comerciales de aplicación intravenosa semanal. Si bien los estudios observacionales no arrojan resultados contundentes un análisis cuidadoso podría deducir que existen una disminución de la tasa de mortalidad y un retraso del deterioro de la función pulmonar en particular en pacientes con FEV1 entre 35 y un 50% del estimado. Sin embargo, los dos únicos estudios aleatorizados no reflejan beneficios en la disnea, la tasa de exacerbaciones ni la función pulmonar.
No obstante lo anterior, la ATS y la European Respiratory Society entre otras, recomiendan el “tratamiento de aumento” en pacientes con enfisema y genotipo PI*ZZ, en particular cuando la FEV1 está entre un 35% y 50% del estimado, y, eventualmente a sujetos con genotipo PI*SZ y niveles de α1-antitripsina < 11microM. En cambio se desaconseja su uso en individuos asintomáticos, con genotipo PI*MZ y EPOC.
Acceso al resumen
Stoller JK, Aboussouan LS. A review of α1-antitrypsin deficiency. Am J Respir Crit Care Med., 2012; 185(3): 246-59.