El asma ocupacional o asma laboral es causada por la inhalación de agentes irritantes (polvo, gases, humos y vapores) en el lugar de trabajo. Las personas con mayor riesgo de padecer asma ocupacional son las que trabajan en industrias textiles y del algodón, manipulación de químicos (cromo, aluminio, resina epóxido, metacrilato, ácidos, adhesivos y resinas industriales), en granjas (polvo de cereales, lino, café, té, etc.) o cuidando animales (caballos).

Existen evidencias epidemiológicas que relacionan el tabaquismo con el síndrome de dificultad respiratoria aguda  (SDRA), no obstante no se ha investigado el rol de la polución aérea y la exposición crónica a partículas. Se enrolaron en este estudio prospectivo, 1558 pacientes críticamente enfermos con riesgo de SDRA,  asistidos en un centro de cuidados terciarios.

El humo de estufas y cocinas exponen, en particular las mujeres y los niños,  a los riesgos de contaminación ambiental doméstica, y ello ocurre en todos países de todo el mundo. En millones de hogares aún se cocina y calientan los  hogares usando combustibles sólidos (madera, residuos de cosecha, carbón de leña, o estiércol animal) abiertamente en  fogatas chimeneas y estufas con escapes defectuosos y mala ventilación hacia el exterior. De este modo las pequeñas partículas de hollín se acumulan excediendo el rango de tolerancia diaria. De hecho en los hogares mal ventilados el humo interior puede ser hasta cien veces superior a los niveles aceptables para este tipo de partículas.

La contaminación de la atmósfera –smog- puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiacas y pulmonares, incluyendo muerte prematura. 

El efecto perjudicial de la exposición a contaminantes atmosféricos podría manifestarse varias décadas después, hasta treinta años, es la conclusión a la arribaron la Dra. Anna Hansell y colaboradores, del Colegio Imperial de Londres tras un relevamiento de casi 40 años durante los cuales se realizó una evaluación exhaustiva de la exposición al smog.

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